ATARDECER


"Verdaderamente, la imagen que proyectamos en nuestra mente de un paisaje o una ciudad es totalmente subjetiva. Influye enormemente nuestra predisposición, a la que desgraciadamente contribuye el marketing dominante...."









domingo, 9 de febrero de 2014

HOSPITAL DE CEUTA: REGRESO AL PASADO


A las 5 de la tarde empiezo a recibir pacientes. En realidad, mi horario oficial en esta gran clínica es de 4 a 7, pero tenemos un seudoacuerdo oficioso por el que de 4 a 5 sólo revisamos los expedientes de los pacientes del día. Algunos de mis colegas utilizan ese tiempo para tomar café, ligar con las enfermeras, o quejarse de los atascos de la M-30. Yo dedico esa hora a leer mi último libro de bolsillo que escondo hábilmente debajo de la carpeta corporativa.

En realidad leía hasta que irrumpieron los smarthphones, que ni son phones ni smarts, ya que, al menos en mi caso, únicamente sirven para alimentar mi úlcera al comprobar los números rojos de mi cuenta. Mis pacientes piensan que un cirujano del área de traumatología debe estar forrado, pero lo cierto es que la nómina de seis mil euros sólo me llega al día veintidós de cada mes.

Estamos a día 20 y una vez más, me quedan apenas 300 euros en la cuenta. Eso es lo que acostumbro a gastar en la cena del viernes y en las copas. Hoy parece que tengo 4 pacientes, no, cinco, hay una urgencia. Si supero el objetivo de intervenciones quirúrgicas, tengo un bonus de 5.000 euros, no es mucho, pero me permitirá aguantar un mes sin llamar al Banco para vender algunas de las acciones de papá.

Cuando trabajaba en el hospital de Ceuta era más feliz, al menos recomendaba las operaciones que consideraba realmente necesarias, los compañeros eran más auténticos, en los restaurantes se cocinaba comida de verdad, no rellenaba cien formularios inútiles. Sin embargo, en el imaginario de mis padres, Ceuta es sólo un pueblo de África, vienen moritos de El príncipe y no estás en la clínica Q.

Vuelvo a mi despacho de Madrid, a ver si puedo sacar alguna operación, hay una señora de 45 años, trae una resonancia magnética, es vieja para hacerle una artroscopia de menisco y, en realidad, transcurridos 2 años, no creo que experimente mayores beneficios que los derivados de la terapia alternativa (fisioterapia), pero ella se cree que todavía es joven, va al club de paddle, se pinta como una concejala pepera de provincias, es curioso, todas llevan las mismas mechas rubias. Es funcionaria, póliza de MUFACE, vale menos puntos, pero aún así, llego al objetivo. Tendré que fruncir el ceño, tensar el gesto, mirar primero hacia abajo, fingiendo escrutar el informe, un folio estándar con apenas diez líneas, para luego pronunciar la frase con voz tensa:

“Para este tipo de patologías, recomendamos la cirugía”. El plural mayestático es tradición en nuestro gremio, y es cierto: nosotros recomendamos la cirugía, ¿Quiénes somos nosotros? Los accionistas de la clínica, los médicos, los cirujanos, el director que me concedió la hipoteca del ático de Marbella.

Cada vez detesto más a estas administrativas con ínfulas, esto era una clínica privada, pero desde el año 95 han ido aumentando las contrataciones de personal de marketing y administración en detrimento de médicos y cirujanos. Lo peor es que, sin ellos, no incrementarían los beneficios. Añoro los años 90, pero aún más los 70 y 60 y eso que no los he vivido, en que venían pacientes privados, o a lo sumo, jueces, catedráticos, no las marujas éstas que trabajaban en el INEM, o en Hacienda, o en el juzgado y pasean por el pueblo pavoneándose de que los vecinos las confundan con inspectoras o secretarias de juzgado.

Antes un médico ganaba unos 5 millones de pesetas, un cirujano 8 y el oficial de administración 2. No hace falta que explique que soy cirujano y como tal, llamo médico a los médicos de medicina familiar, es decir, a los vagos que estudiaron conmigo y no fueron capaces ni de aprobar el MIR.

Desde el año 95, las cosas han cambiado, la plantilla de esta clínica ha pasado de 30 médicos, 20 cirujanos y 5 personas de administración a 40 médicos, 30 cirujanos y 30 personas de administración. Lo peor es que la clínica gana más dinero y la media es de 20.000 euros para los médicos, 40.000 para los cirujanos y…el otro día publicaron que nuestro gerente gana 150.000 más beneficios, los directores de planta 120.000 y los técnicos 80.000.

Es deprimente pensar que cada vez tenemos menos peso en la clínica, nadie nos consulta nada, no he visto al gerente en 5 años, ni tan siquiera al director de planta. Lo cierto es que los desprecio, me parecen parásitos que se lucran con mi trabajo.

¿Hago pasar a Marisa?

Eh, eh, 5 minutos, estoy repasando un expediente… estas chicas, las auxiliares de planta hacen turnos de 12 horas de lunes a sábado..

¿Marisa? ¿Ah, la administrativa “bajitasiemprecontacones” que juega al paddle?

Ésta es la mía, rostro compungido, le suelto el papel encima de la mesa para que firme y ya tengo cubiertos los objetivos. Le contaré que el deporte es muy importante y que perdería mucha estabilidad con el menisco dañado. Terapia: Menistectomía.